El sábado pasado fuimos invitados con un grupo de pintores a visitar la ciudad de Catriló. La movida estaba organizada por la biblioteca de esa ciudad. Nos esperaron con torta fritas y mate y una sonrisa de oreja a oreja. Gente muy amable y muy simpática. Luego nos trasladamos a los distintos lugares a pintar, yo elegí una tapera (foto). Un día brillante de sol pleno y corria una brisa suave que venía muy bien para refrescarnos.
Más tarde fuimos a almorzar al salón de la capilla, tallarines con pollo, todo casero y ensalada de fruta muy rica. Seguimos pintado en la hermosa plaza principal y nos comimos un helado artesanal exquisito. Como si esto fuera poco, una colega pintora nos invitó con un budín casero para chuparse los dedos. Al caer la tarde nos trasladamos a la escuela y nos entregaron los certificados, entre medio de música, comentario,risas y más comida, ahora eran pizzetas y empanadas caliente.
Lo que se dice un día maravilloso junto a gente linda, regresamos a Santa Rosa con un cansancio bárbaro pero el corazón rejuvenecido de alegría.
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