domingo, 30 de mayo de 2010

BICENTENARIO DE ARGENTINA

Todas las fotos me las enviaron por mail. Como son tan elocuentes solamente las muestro, para todas las personas extranjeras que leen mi blog. Viva Argentina!!!!

miércoles, 26 de mayo de 2010

Pequeñas historias

LA PALOMA REAL

Nasruddin llegó a ser primer ministro del rey. En cierta ocasión, mientras deambulaba por el palacio, vio por primera vez en su vida un halcón real.
Hasta entonces, Nasruddin jamás había visto semejante clase de paloma. De modo que tomó unas tijeras y cortó con ellas las garras, las alas y el pico del halcón.
«Ahora pareces un pájaro como es debido», dijo. «Tu cuidador te ha tenido muy descuidado».

¡Ay de las gentes religiosas que no conocen más mundo que aquel en el que viven y no tienen nada que aprender de las personas con las que hablan!

EL MONO QUE SALVO A UN PEZ

«¿Qué demonios estás haciendo?», le pregunté al mono cuando le vi sacar un pez del agua y colocarlo en la rama de un árbol.
«Estoy salvándole de perecer ahogado», me respondió.

Lo que para uno es comida, es veneno para otro. El sol, que permite ver al águila, ciega al búho.

ANTHONY DE MELLO

martes, 18 de mayo de 2010

La reina sin brazos (Leyenda de La Pampa)

Había una vez una reina muy linda con un rey era muy muy justo y muy severo. Dicen que en ese  País se castigaban a todas las madres que tenían hijos gemelos.
La reina estaba por tener familia y el rey estaba muy contento. Pero la mala suerte se presentó y la reina tubo gemelos. Dos varones muy hermosos. Entonces el rey tuvo que cumplir con la Ley y mandó a castigar a la reina.
Mandó a la reina al campo e hizo que le cortaran los brazos. le pusieron los hijitos en dos alforjas y se las colgaron al cuello.
Entonces la reina agarró sin rumbo y se fue a buscar trabajo y que alguien la faboreciera. Caminó mucho y llegó a un río. Tenía mucho miedo de cruzarlo, pero alfín entró. Cuando el agua le llegaba a las rodillas sin querer hizo un movimiento brusco y uno de los niños cayó al agua, ella se largó a llorar, en el mismo momento, una voz le decía: -estira tu brazo derecho y saca a tu hijo-.
Ella, sin acordarse que no tenía el brazo, hizo el movimiento de estirar el brazo y ahí le creció el brazo derecho y pudo sacar al niño.
Siguió caminando con el niño en brazos. Y sin saber se le cayó el otro hijo al agua.
Entonces vovió a escuchar la voz, que le decía que estirara el brazo y sacara al niño del agua, cosa que realizó y le creció el brazo izquierdo.
Con los dos hijos en brazos cruzó el río y siguió el camino.
Llegó a un pueblo, consiguió trabajo y crío a sus hijos. Los niños heran muy inteligentes y muy atractivos, Llamaban mucho la atención en  el lugar.
Un día el rey dio una recorrida por todos los pueblos y llegó al lugar dónde se encontraban lo niños. Cuando llegó le llamó la atención los hermosos niños. Enseguida buscó antecedentes de ellos.  Eran sus hijos.
Pidió perdón a la madre y a sus niños y los llevó a vivir al palacio. Vivieron muchos años muy felices, y comieron perdices y a mi no me dieron porque yo no quise.

Recolector de leyendas: Berta E. Vidal de Battini.

jueves, 13 de mayo de 2010

De tu lecho alumbrado de luna me venían...



De tu lecho alumbrado de luna me venían
no sé qué olores tristes de deshojadas flores;
heridas por la luna, las arañas reían
ligeras sonatinas de lívidos colores...

Se iba por los espejos la hora amarillenta...
frente al balcón abierto, entre la madrugada,
tras la suave colina verdosa y soñolienta,
se ponía la luna, grande, triste, dorada...

La brisa era infinita. Tú dormías, desnuda...
tus piernas se enlazaban en cándido reposo,
y tu mano de seda, celeste, ciega, muda,
tapaba, sin tocarlo, tu sexo tenebroso.

Gabriel Celaya

viernes, 7 de mayo de 2010

Envejecer es Obligatorio; Madurar es Opcional



El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de pie y miré a mí alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro. Me di la vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser. 'Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo?
Me reí y le contesté con entusiasmo: '¡Claro que puede!' Ella me dio un abrazo muy fuerte.
'Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?', le pregunté. Riéndose contestó: 'Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y
viajar.'
'Se lo digo en serio', le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad.
'¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!', me dijo. Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos los días durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar. Me fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo".
Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol.
No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes.
Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, 'disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!'
'No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.'  Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: 'No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.'
'Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.'
'Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!'
'Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo
tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años.
Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.'
'No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos.'
Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria.
Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser.

"No olviden que ENVEJECER ES OBLIGATORIO; MADURAR ES OPCIONAL."


Imagenes para hi5









domingo, 2 de mayo de 2010

Vivir despeinada

Estos son los sabios consejos de Mafalda:

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine,por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad…


El mundo está loco.. Definitivamente loco…

Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga.
Y lo realmente bueno de esta vida, despeina sobre todo si lo haces con la persona que amas…


Hacer el amor,despeina.
- Reírte a carcajadas,despeina
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa,despeina.
- Besar a la persona que amas,despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Pasear por todos lados, despeina.
- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…
Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…
Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.
Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la persona que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.