Claro que esto también tiene que ver con que la flor de loto esté tan ligada a culturas muy antiguas, como la china, en la que se consideraba, por ejemplo, que los pies de la mujeres debían ser lo más parecidos a las hojas del loto, (es decir, pequeños) como máxima expresión de la belleza, o como la egipcia, en la que la flor de loto era símbolo del sol, y por ende a Ra, ya que se abre tan sólo durante las horas en las que el astro rey hace acto de presencia.

También los griegos le dieron importancia, y hablaban de esta flor contando que existió una diosa que terminó siendo desterrada al lugar donde los dioses que más poder tenían enviaban a aquellos que no sabían comportarse como tal.

Cuentan que este lugar recibía el nombre de Loto y allí se hundían los desterrados en el fracaso más absoluto. Pero esta diosa sí que lo era en su interior, a pesar de lo que parecía, y luchó por mantenerse a flote. Como premio terminó siendo convertido en una preciosa y misteriosa flor para toda la eternidad.

Para los hindúes es símbolo de sabiduría y de fertilidad, y está estrechamente relacionada con la Gran Madre Lakshmi, la diosa de la prosperidad, la generosidad y la belleza interior. No tienes sino que recordar que una flor de loto es también para ellos lugar de nacimiento de dioses.

En cualquier caso, y más allá de culturas y tradiciones, la flor de loto es una flor bellísima, ¿no te parece?.
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