jueves, 8 de julio de 2010

BAJO EL REINO DE UNOS OJOS


El tiempo ha corrido velozmente sin avergonzarse.
Soy como una simple hoja  que vuela y cae  masacrada
en el lodo   ultraje de todos los inviernos.
Fui árbol frondoso   casi imbatible   sin temor a rocas
                         ni serpientes. Pude cavar  hacia lo hondo la raíz
más  profunda   convencer multitudes   enormes bostezos
solitarios  y percibir los latidos de sedientas corolas.
Fui aquello  y esto y mucho más    furia    inmersa
en concha desafiante   transgresora   y  en este minuto
corrido  el tiempo    la espina ponzoñosa duele.
Todo es memoria    leyenda   mito  prendido a mis honduras
y esta ceiba  que contemplo  disipada a mis lados   gime    
cuando de polvo se hacen los almendros.
¿Y me pregunto?  Si fui árbol  ¿ por qué una hoja masacrada
en el lodo?  Si cavé en lo profundo   ¿por qué tan fácil la raíz
salta a sólo un puño? ¡No es posible!  Mis ojos  me anuncian
otros ojos   mis manos se retuercen  ante un adiós detenido.
Hay que seguir cavando hondo    hay que agrandar de ardores
las cosechas   hay que morder el trigo azul  para que sane.
Hay que encontrar un nuevo Sol y un día sin destierro.
Es necesario armar de luces  este rompecabezas  de lunas.  

Juanita Conejero

No hay comentarios: