domingo, 28 de febrero de 2010

Tomillo

ThymusVulgaris

Conocido desde la antigüedad como hierba culinaria y medicinal. Su aroma es penetrante, persistente y fuerte. Con un potente efecto desinfectante y bactericida, es capaz de prevenir las infecciones antes de que aparezcan.

Descripción: El tomillo común es un arbusto perenne perteneciente a la familia de las Labiadas que alcanza unos 15-30 cm. de altura. Tiene hojas diminutas de color verde oscuro y flores lilas. Las hojas de la variedad T citriodorus son más anchas y con olor a limón.

Historia y simbología: Thymus deriva del egipcio tham , una especie de tomillo utilizado en los embalsamamientos, re-usado después por los griegos con el significado de planta perfumada y traducido al latín por Virgilio, que usó este nombre por primera vez.

Al tomillo le reconocían propiedades milagrosas en los enfermos del pecho así como lo afirmaba Galeno, médico y filósofo griego que, además de aconsejar su uso en polvo, a quien sufría de disturbios articulares, lo consideraba el más potente antiséptico conocido.

Los Romanos la utilizaban en los baños por sus virtudes estimulantes y fortificantes

Origen y distribución: No sabemos con certeza en que época se empezó a cultivar el tomillo en la Europa septentrional algunos eruditos creen que fueron los romanos quienes introdujeron la planta en Inglaterra, mientras que por otro lado existen indicios de que la hierba empezó a ser popular al Norte de los Alpes entre los años 850 y 1250. Ya en el siglo XVI el tomillo era cultivado en todas partes.

El boticario alemán Neumann fue el primero en aislar el aceite esencial de esta planta en el año 1725 esta poderosa sustancia antiséptica se emplea aún hoy en día en diversos preparados comerciales y farmacéuticos.

Extracción: El aceite esencial de tomillo se extrae por destilación de sus partes aéreas y se obtienen dos esencias una más volatil que otra, la de color rojo es más pura que la de segunda destilación de un color blanquecino.

Características: El aceite esencial de tomillo tiene múltiples propiedades antisépticas y bactericidas. En inhalaciones tiene efecto expectorante que lo hace ideal en los catarros secos de los bronquios. Tiene también propiedades tonificantes, estimulantes del apetito, espasmolíticas, antisépticas, expectorantes y antifúngicas. Potencia los sistemas defensivos del organismo mediante la estimulación de la producción de los humores propios de todos y cada uno de los órganos. Actúa en las infecciones de orina del hombre y la mujer y en la enuresis nocturna de los niños. Energiza, estimula, tonifica, da fuerzas, limpia y purifica.
También lo introdujeron en la cocina perfumando con él los vinos y quesos. En el medioevo las damas lo regalaban al caballero amado, para protegerlo en la batalla. Antes de la invención del refrigerador, el tomillo se usaba para conservar los alimentos por su notable concentración de aceite esencial de acción antiputrefacción.

Guía de Soluciones:

Bronquitis, laringitis and nbsp
Catarro, ronquera, tos
Gripes y resfríos
Sinusitis
Hemorroides
Cistitis

Productos naturales disponibles con Tomillo:

Esencia para Baño
Crema and nbsp
Fórmula especial de aceites esenciales
Sales de Baño
Esta especie puede cultivarse tanto para fines decorativos, como también por sus virtudes aromáticas y medicinales.

Son variadísimas las aplicaciones que tiene el tomillo: se usa como digestivo, antiséptico, expectorante, emenagogo, antirreumático y relajante, además de combatir dolores de cabeza, anemias y falta de memoria.

thyvulgarisstems

Este pequeño arbusto alcanza hasta 50 centímetros de altura, es resistente a las sequías y es una muy buena opción para quienes no puedan dedicarle mucho tiempo a sus hierbas, porque no exige muchos cuidados y tiene una duración de hasta cinco años.

Al cultivarlo en maceta, mezclar tierra de jardín, arena y compost para otorgarle al sustrato muy buen drenaje. Se plantan las semillas a fines de invierno o inicios de primavera, y es una planta que necesita poco riego, cuidando siempre no mojarla demasiado para evitar encharcamientos.

Para combatir la caída del cabello:

Cómo combatir la caída del cabello se ha vuelto una preocupación intensa para muchas personas, especialmente los hombres a partir de los 30 años o antes. Hay muchos productos en el mercado que prometen un tratamiento eficaz contra este problema y también, existen recetas y antiguas que vale la pena conocer.

Hoy veremos cómo combatir la caída del cabello mediante una simple loción elaborada a base de tomillo. Se trata de una receta tradicional de la que sugiero tomar nota y ver en qué momento del día será más aconsejable aplicar en tu caso.

Ingredientes

Unas cuantas ramas de tomillo fresco
1 lt de agua

Preparación

Hierve el lt de agua con las ramas de tomillo a manera de infusión. Deja enfriar y filtra con doble gasa.

Usa este preparado como loción capilar; puedes aplicarlo hasta dos veces por día. Su único inconveniente es que posee un aroma intenso que no siempre es fácil de disimular, por lo que se recomienda usarlo en la noche.



sábado, 20 de febrero de 2010

A VECES ME SUCEDE BUENOS AIRES-Facundo Cabral




Me subo en todos los trenes
pero bajo en Buenos Aires,
no la entiendo, día a día
la construyo, sueño a sueño.
Loco empeño que comienza
y termina en mí,
donde el corazón y sus recuerdos
le alimentan y crecen sus historias.

La memoria se mira en el río
y me devuelve antiguos colores,
pequeñas historias,
cuestiones menores de aquellos que conocí,
los que tal vez fueron solo un pretexto
para escribir la obertura
de mi poema universal.

Por aquí pasaron todos los que he sido,
persiguiendo a la misma canción que persigo.
Buenos Aires es un barco gris
que navega alrededor de si mismo,
en el mar de la nostalgia
que algunos llaman río.

Buenos Aires es un ruido
en el centro de los temores,
como la vida es un pequeño estallido
entre dos grandes silencios.
Buenos Aires es el incendio
de mil cosas vanas,.

Buenos Aires es el costado que me faltaba
para ser un hombre entero.
Si no le canto, me muero.
Buenos Aires es un cuero
secándose al infinito,
Buenos Aires es un circo
para caminar por la cornisa
del lado del vacío.

Buenos Aires es un valle de cemento
al borde de la tristeza,
Buenos Aires es el tango
donde Malena llora como ninguna.
Buenos Aires, la reina de lata
cara maquillada, pies en alpargatas.

A veces me sucede Buenos Aires
fantasma del que aprendo la nostalgia,
de todos los que fuí cuando la niebla
de todos los que soy cuando la magia.

A veces yo me encuentro y no me encuentro
donde Florida enciende a las muchachas,
donde el tango es un asunto misterioso
desesperado amor que me declara.

A veces si Piazzola me desata
comprendo todo el ancho de mis calles,
que a fuerza de canción me pertenecen
como el sabio silencio de los valles.

A veces cuando Europa está cansada
o el desierto se duerme en los camellos,
regreso a caminar lo caminado
en busca de no se, que antiguo verso.

A veces, casi siempre Buenos Aires
me queda tan de paso como el sueño,
entonces en Corrientes o en Lavalle
al más exacto espejo recupero.

A veces me sucede Buenos Aires
y siempre me sucede en los caminos,
que me brindan el pan que no sabía
y me quitan mi más preciado vino.

viernes, 12 de febrero de 2010

Efraín Bartolomé CIELO Y TIERRA

Y las aguas de Arriba amaron a las de Abajo
y eran las aguas de Abajo femeninas
y las de Arriba masculinas...
 
¿Has oído, amada?

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo

Tú eres el lecho de los ríos y el asiento del mar
y el continente de las aguas dulces
y el origen de las plantas y de los tiernos o duros o feroces animales
de pluma o pelo o sin pluma ni pelo
Yo soy la lluvia que te fertiliza
En ti se cuecen las flores y los frutos
y en mi el poder de fecundar

¿Has oído, amada?

Nuestro lecho es el Universo que nos contiene

¿Has oído bien?

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo

Y mi amor se derrama sobre ti como la lluvia
o como una cascada que cae del sol
rompiendo entre nubes como entre peñascos
y entre los colores del arco iris y entre las alas de los ángeles
como entre las ramas espesas de una vegetación inverosímil

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo

¿No lo escuchas?

Y aunque digas que sí tal parece que no porque ahora Tierra
cabalgas sobre mí (en el lecho que es el Universo)
y eres tú el Cielo y tu amor se derrama sobre el mío
como una lluvia fina

Y yo era la Tierra hasta hace unos instantes pero ya no lo sé
porque hemos girado y descansamos
sobre nuestro costado y los dos somos
Tierra durante unos minutos deleitosos

Y ahora estoy de pie con los pies en la tierra y los ojos en el cielo
y tú no eres ni Tierra ni Cielo porque te hago girar
con los muslos unidos ferozmente a mi cintura
y eres el ecuador o yo soy el planeta Saturno
y tú eres los anillos que aprendimos en la escuela y giras

Y ahora somos Cielo los dos y volamos
elevándonos más allá del Universo
Y en lo más alto del vuelo algo estalla en nosotros
y caemos vencidos por la fuerza
de nuestro propio ecuador que se ha quebrado
Pero seguimos siendo Cielo aunque yazgamos en tierra

Derrumbados en tierra pero Cielo

Tierra revuelta y dulce pero Cielo

Cielo vencido cielo revolcado pero Tierra

FOTO: LAURA EYHERAMONHO (CORDOBA)

sábado, 6 de febrero de 2010

Haití: La maldición blanca > > Eduardo Galeano



 El primer día de este año, la libertad cumplió dos
 siglos de vida en
 el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie.
 Haití fue el primer país donde se abolió la
 esclavitud. Sin embargo,
 las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos
 de educación
 atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que
 un buen día
 cambió de opinión el imperio que había sido campeón
 mundial del
 tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en
 1807, tres
 años después de la revolución haitiana, y resultó tan
poco convincente
 que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la
 esclavitud.
 Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos
 siglos, sufre
 desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la
 libertad y
 propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía
 el mal
 ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en
 esa isla”. Su
 país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta
 años en otorgar
 reconocimiento diplomático a la más libre de las
 naciones. Mientras
 tanto, en
  Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la
 violencia.
 Los dueños de los brazos negros se salvaron del
 haitianismo hasta
 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el
 último país en
 el mundo.

 Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la
 próxima carnicería.
 Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a
 principios de
 este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y
 confirmaron
 que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para
 hacer mal
 el bien.
 Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz
 de ofrecer
 tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la
 nación más
pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones,
 concluyeron algunos
 especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y
 otros
 sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio
 proviene de la
 salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los
ancestros.
  La
 maldición negra, que empuja al crimen y al caos.
 De la maldición blanca, no se habló.

 La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud,
 pero Napoleón la
 había resucitado:
 –¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las
colonias?
 –El anterior.
 –Pues, que se restablezca.
 Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de
 cincuenta
 naves llenas de soldados.
 Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la
 independencia
 nacional y la liberación de los esclavos. En 1804,
 heredaron una
 tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña
 de azúcar y
 un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la
 deuda francesa”.
 Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón
 Bonaparte. A
 poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una
 indemnización
 gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa
 expiación del
 pecado de la
  libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo
 país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo:
 una fortuna
 que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares
 o a 44
 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho
 más de un siglo
 llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura
 iban
 multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención
 final. Para
 entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados
 Unidos.
 A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a
 la nueva
 nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había
 nacido condenada a
 la soledad.
 Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía
 todo. Barcos,
 armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando
 Bolívar llegó a
 la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio
Haití, con la
 sola condición de que liberara a los esclavos, una idea
 que hasta
 entonces
  no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en
 su
 guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a
 Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni
 hablar.
 En realidad, las colonias españolas que habían pasado a
 ser países
 independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas
 tuvieran,
 además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya
 en 1821, pero la
 realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en
 1851,
 Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.


 En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron
 diecinueve
años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la
 oficina de
 recaudación de impuestos. El ejército de ocupación
 retuvo el salario
 del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la
 liquidación
 del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del
 Citibank de
 Nueva York. El presidente y todos los demás
 negros tenían la entrada
 prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos
 del poder
 extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer
 la
 esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las
obras
 públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos
 de la
 resistencia. El jefe guerrillero, Charlemagne Péralte,
 clavado en cruz
 contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la
 plaza
 pública.
 La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se
 retiraron
 dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por
 ellos, para
 exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo
 hicieron en
 Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo
 después, Duvalier
 fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.

Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición,
 se fueron
 sumando las desventuras y los años..
 Aristide, el cura rebelde, llegó a la
 presidencia en 1991. Duró pocos
 meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a
 derribarlo, se lo
 llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo
 devolvió, en
 brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó
 a
 derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y
 otra vez
 volvieron los marines, que siempre regresan, como la
 gripe.
 Pero los expertos internacionales son mucho más
 devastadores que las
 tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco
 Mundial y del
 Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones
 sin chistar.
 Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los
 créditos, a
pesar de que había desmantelado el Estado y había
 liquidado todos los
 aranceles y subsidios que protegían la producción
 nacional. Los
 campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se
 convirtieron
 en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a
 parar a
  las
 profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son
 cubanos y
 raras veces aparecen en los diarios.
 Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados
 Unidos, donde los
 expertos internacionales, que son gente bastante
> distraída, se han
> olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen
> la
> producción nacional.


 En la frontera donde termina la República Dominicana y
 empieza Haití,
 hay un gran cartel que advierte: El mal paso.
 Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre,
 miseria, pestes.
 En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los
 haitianos tienen
 la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con
 antigua maestría,
 recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se
 ofrecen en
 los mercados populares.
 Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo
 de su
 dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las
 manos de