
La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola.
Tenía manos, pero no tenía a quién tocar.
Tenía boca, pero no tenía con quién hablar.
La vida era una, y siendo una era ninguna.
Entonces el deseo disparó su arco.
Y la flecha del deseo partió la vida al medio,
y la vida fue dos.
Los dos se encontraron y se rieron.
Les daba risa verse, y tocarse también.
Eduardo Galeano
3 comentarios:
Laura!!!!
Linda pintura!!!!
Linda poesia!!!
liguei este teu post para o meu blog!!!!!
Besos!!!!!
Também não resisti!
Obrigado!
Voltarei!
MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS. ESPERO NO ME ABANDONEN...
UN SALUDO GRANDE DESDE LA PAMPA ARGENTINA.
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